4 de junio de 2010

Cambiando el señuelo por el corcho...a la fuerza

La fiebre de la pesca,ha contagiado a mi mujer.Tanto,que en vez de ir ella conmigo,tengo que ir yo con ella.

El fin de semana pasado,nos despertamos temprano,con mi horario normal para ir a hacer spinning,miro la caña y hago un repaso de lo que sera la jornada:

deserocar la caña de la doña,pelarle gambas,preparar engodo... el spinning queda descartado.

Llegamos al pesquero y nada fuera de lo normal,la doña,"a plomo"(como ella lo denomina),captura unas fulas,unos gueldes y sigue quedando enganchada a la pesca,mientras yo pruebo suerte con la boya.

Para una vez que no llevo la caña de spinning,hacen acto de presencia un buen bando de pejerey,que le vamos a hacer...

Para totalmente la actividad,presumiblemente después de la aparición de los "reyes",pero mi boyita,timidamente se hunde y clavo.

Sale este pequeño abade,que fue fotografiado y devuelto al agua rápidamente.



Foto de la doña,para una jornada redonda a su favor,tan solo faltó que cogiera alguna pieza equivalente al tamaño de las ganas mostradas.Por su culpa,estoy cogiéndole otra vez el gustillo a esta modalidad,aunque sea a la fuerza.

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